El sentimiento da vida al mundo interior y aporta contenido de drama a los recuerdos. Nos hace percibir hasta las cosas más sutiles del mundo que nos rodea. A veces el sentimiento surge de las experiencias del momento, otras cuando revivimos los recuerdos. Cuanto más profundo es el sentimiento más difícil es expresarlo con palabras pero más fácil comunicarlo en el silencio
Los episodios de la vida nos van marcando y desgastando llenándonos de paz y de inquietud, de ansiedad y sosiego, de angustia y placer. Hay quienes son demasiado sensibles y les afecta todo lo que ocurre a su alrededor y sufren por ello un desgaste excesivo, pero también se enriquecen porque desarrollan más su capacidad emocional. Otros viven más ajenos al murmullo humano y se desgastan menos, pero también tienen una existencia más elemental con menos virtudes y defectos.
El sentimiento siempre produce emociones ya sean placenteras o de amargura y dolor, porque nos deja notar el drama de la vida. Las emociones intensas y las vivencias apasionadas producen los contrastes más patéticos pero aportan mayores enseñanzas, aunque también son las que más desgastan. Entonces hay que movilizar las intenciones para restablecer el equilibrio y ser un manantial de amor y de progreso.