No acaba de estar claro si la vena artística es hereditaria o si se adquiere con el aprendizaje y la experiencia, pero lo mas probable es que haya artistas que nacen y artistas que se hacen. Es muy posible que se herede, por ejemplo, una cierta predisposición a dibujar y pintar, dado que es muy común que unos familiares tengan dicha facultad mientras que otros carecen totalmente de ella. Es decir que parece que se hereda una base de habilidad instintiva que por supuesto ha de ser posteriormente desarrollada.
En ambos casos de artistas que nacen y artistas que se hacen, si quieren desarrollar su capacidad artística necesitan como primera medida adquirir la técnica, cosa que en realidad está al alcance de cualquiera que tenga interés y motivación. La imagen que adjunto es un cuadro al óleo de un perro, pintado por mi nieta Casilda Serrano Villalobos a la edad de once años. Puede observarse que tiene esa base técnica necesaria, pero se aprecia que hay algo más.
En efecto, el artista tiene que tener un sentido agudizado de la armonía de luces, formas y colores, bien ya desde la cuna o como fruto de la educación. Con estos elementos de partida, el artista puede crecer a lo largo de su vida e incorporar a su arte el ingrediente de la creación, que es fruto de la riqueza de su mundo interior edificada en las experiencias vividas. La experiencia de vida y el trabajo continuado son los elementos decisivos, aunque ciertamente hay artistas que nacen y artistas que se hacen.