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Pintura sensible

NATURALEZA TIERNA. Óleo sobre lienzo. 100 x 100

NATURALEZA TIERNA. Óleo s/lienzo. 100 x 100

La pintura sensible conecta con los sentidos pero también con el sentimiento. Parece obvio que una obra de arte tiene que gustar en primer lugar a su creador para que quepa esperar que sea apreciada por otras personas. Lo que el artista siente acerca de su propio arte esta de alguna forma reflejado en la obra y se transmite subliminalmente a espectadores que la contemplan y tengan sensibilidad.

Esta conexión es importante tanto para quienes compran obras de arte porque están en el circuito «profesional» de comprar, coleccionar y vender arte, como para quienes van a tener la obra en su casa o en su oficina y van a convivir con ella a diario. Para los profesionales del comercio del arte y para los coleccionistas, es importante que la obra incorpore señas de la personalidad y el sentimiento del artista porque son indicios de la proyección futura que pueda tener.

Para el espectador que «conecta» con la obra y se plantea adquirirla, es un argumento contundente la realidad de que va a estar conviviendo con ella continuamente y no puede cansarse de verla, para lo que tiene que emanar de ella una especie de sentimiento que no aflora si no tiene como referencia la propia sensibilidad del artista.

La belleza es un valor relativo

DESPEGUE_optLa belleza es un valor relativo porque lo bonito cobra su carácter en relación a lo feo, y lo que para unos es arte para otros es basura. Hasta cosas que en muchas ocasiones nos parecieron feas podemos acabar considerándolas bellas, como si por encima de la belleza o la fealdad estuviera el poder de fascinación.

Y es que lo bello, en realidad, es lo que sintoniza con tu sensibilidad y provoca en tu mundo interior emociones y sentimientos. Por eso, es bello lo que tú consideras bello, y tu gradación de la belleza será un reflejo de la escala de valores de tu realidad sensible. Al erudito le gustan más las cosas recargadas, como recarga­da tiene su mente, mientras que quien realmente tiene conocimiento, inclina sus gustos por lo sencillo y lo elemental. A mayor claridad de ideas hay más sensibili­dad para la simplicidad y la síntesis.

Pero el sentimiento de la belleza evoluciona y el paso del tiempo embellece lo que tiene consistencia y personalidad, mientras que entierra en la historia todo lo que genera indiferencia. Si se pudiera representar la sensibilidad artística de una persona, sería algo así como una «huella dactilar» de su conciencia, con la diferencia de que en vez de nacer con ella es una huella que puede ir modelando y queda como huella de su paso por la vida.

El arte de la pintura está marginado

El arte de la pintura cumplía en siglos pasados la tarea de transmitir imágenes de personas, hechos y sucesos para la posteridad, escenas que completaban los relatos de los historiadores que de otra forma hubieran sido insuficientes. Ahora la tecnología ha relevado al arte de esa función. Antes, dominaba la necesidad de que el cuadro del artista tuviera una técnica y una composición lo más fiel posible a la realidad, aunque eran los ojos del artista los únicos que daban fe de las escenas que inmortalizaban. El artista tenía por supuesto margen para comunicar a su obra signos de su sensibilidad interior, pero esto es un valor añadido que solo se ha ido apreciando con los años.

Pasión, óleo s/l 100 x 100

Pasión, óleo s/l 100 x 100

En la actualidad sigue siendo importante la técnica y la estética de la obra pero además el artista tiene que transmitir emociones, una especie de sensibilidad subliminal que hace que la obra sea agradable de contemplar por encima del hecho de que reproduzca fielmente una figura o un paisaje, porque para esto ya hay medios mas eficaces. El arte es ahora mas que nunca una comunicación entre el pintor y el observador y es éste quien ha de juzgar cuan importante es una obra. Nadie puede ponerse en medio para decir al observador si debe o no de amar la obra.

Pero por desgracia hay interpretadores oficiales, que viven de opinar sobre el arte, que deciden lo que es bueno y lo que es malo, y también hay todo un engranaje de galerías, museos, certámenes, coleccionistas, …etc. que viven del arte de la pintura y necesitan que el arte sea escaso y muy bien valorado para generar suficiente dinero para mantenerlos. Muy pocos pintores pueden entonces vivir del arte porque les resulta muy difícil entrar en ese engranaje. Hay muy pocas oportunidades para un artista independiente de comunicarse con otro público observador aparte del entorno social más allegado. Tendrían que promocionarse más oportunidades de poner en contacto las obras de los artistas con el gran público en convocatorias abiertas sin la intermediación de los «controladores oficiales» del arte.

Artistas que nacen y artistas que se hacen

No acaba de estar claro si la vena artística es hereditaria o si se adquiere con el aprendizaje y la experiencia, pero lo mas probable es que haya artistas que nacen y artistas que se hacen. Es muy posible que se herede, por ejemplo, una cierta predisposición a dibujar y pintar, dado que es muy común que unos familiares tengan dicha facultad mientras que otros carecen totalmente de ella. Es decir que parece que se hereda una base de habilidad instintiva que por supuesto ha de ser posteriormente desarrollada.

Cuadro al óleo de Casilda Serrano Villalobos

Óleo de Casilda Serrano

En ambos casos de artistas que nacen y artistas que se hacen, si quieren desarrollar su capacidad artística necesitan como primera medida adquirir la técnica, cosa que en realidad está al alcance de cualquiera que tenga interés y motivación. La imagen que adjunto es un cuadro al óleo de un perro, pintado por mi nieta Casilda Serrano Villalobos a la edad de once años. Puede observarse que tiene esa base técnica necesaria, pero se aprecia que hay algo más.

En efecto, el artista tiene que tener un sentido agudizado de la armonía de luces, formas y colores, bien ya desde la cuna o como fruto de la educación. Con estos elementos de partida, el artista puede crecer a lo largo de su vida e incorporar a su arte el ingrediente de la creación, que es fruto de la riqueza de su mundo interior edificada en las experiencias vividas. La experiencia de vida y el trabajo continuado son los elementos decisivos, aunque ciertamente hay artistas que nacen y artistas que se hacen.

Valoración objetiva del arte

 

Atracción - Cuadro de Guillermo SerranoLa primera dificultad para la valoración objetiva del arte es que  no está claro lo que hay que valorar porque el arte no tiene una definición concluyente, como puede comprobarse en el diccionario. La segunda dificultad es que el valor  que aporta la creación artística es un intangible que no está directamente relacionado con los costes de producción. La tercera es que la belleza es un valor relativo que sintoniza con las emociones más que con la razón.

Estas dificultades dejan ya de por si poco margen para la valoración objetiva del arte en el mercado. Además, los artistas surgen de la soledad y muchas veces permanecen en ella durante décadas sin que el mundo tome en consideración su valía ni siquiera su existencia. Hay artistas extraordinarios que nunca llegan a ser conocidos y hay también artistas y seudoartistas que son producto del marketing y tienen la suerte o la habilidad de engancharse a la espiral de la especulación.

Hay un vacio tremendo entre el artista y el mercado. Cuando el precio de una obra, digamos un cuadro, es asequible para que el ciudadano medio lo adquiera para colgarlo en su casa, el elemento que cuenta es la sintonía, relajación o emoción que el cuadro le produce, porque tiene que verlo todos los días. Cuando el precio es elevado la compra tiene más bien carácter de inversión y aquí entra ya en la especulación y en las corrientes del mercado de subastas y de coleccionistas que se separan del mundo de la belleza y de sus emociones.

Este vacío tremendo habría que llenarlo de alguna forma con fórmulas de valoración objetiva del arte, que si bien no pueden llegar a catalogar el arte, puedan incorporar estimaciones empíricas de las sensaciones, valores, sensibilidades, armonía, quietud, novedad,…etc. que incorpora la obra y estimaciones de la trayectoria y evolución de la tendencia del artista. No es fácil pero creo que no solo es posible sino que podría ser la piedra angular de una iniciativa útil y rentable.

Me estoy refiriendo a que este vacío podría rellenarse con agencias de valoración objetiva del arte al estilo de las existentes para calificar la solvencia financiera de un país, de un banco, o de unos bonos. Agencias independientes que objetiven hasta donde es posible llegar, lo que está por ver, el valor que va adquiriendo un artista y sus obras. Ya sabemos que sería un escalón más del mundo especulativo, pero estaría intermediando entre los artistas y las galerías, coleccionistas y casas de subastas, y podrían ser suficientemente accesibles para que cualquier artista por aislado que esté pudiera darse a conocer.

Pintura Abstracta

Pintura Abstracta

La belleza de la pintura abstracta no existe porque es un valor relativo. Lo bonito cobra su carácter en relación a lo feo, y lo que para unos es arte para otros es basura. Hasta cosas que en muchas ocasiones nos parecieron feas podemos acabar considerándolas bellas.

Estrella Lejana, Pintura AbstractaA veces, hasta la pintura abstracta fea resulta patéticamente bella, como si por encima de la belleza o la fealdad estuviera el poder de fascinación.

Y es que la pintura abstracta bella, en realidad, es la que sintoniza con tu sensibilidad y provoca en tu mundo interior emociones y sentimientos. Por eso, es bello lo que tú consideras bello, y tu gradación de la belleza será un reflejo de la escala de valores de tu realidad sensible.

Al erudito le gustan más las cosas recargadas, como recarga­da tiene su cabeza, mientras que quien realmente tiene conocimiento, inclina sus gustos por lo sencillo y lo elemental. A mayor claridad de ideas hay más sensibili­dad para la simplicidad y la síntesis.

Pero tu sentido de la belleza va a variar como varía tu personalidad. Ten en cuenta que el paso del tiempo embellece lo que tiene consistencia y personalidad, mientras que entierra en la historia todo lo que genera indiferencia.

Si se pudiera representar tu sensibilidad artística, seria algo así como la «huella dactilar» de tu conciencia, con la diferencia de que en vez de nacer con ella es una huella que estás tratando continuamente de perfeccio­nar, como si fuera la huella de tu paso por la vida. En realidad, en la vida, vamos dejando una huella que es pura pintura abstracta.